lunes, 26 de julio de 2010

Prólogo de ANTROPOMETRÍAS DE LA ÉPOCA AZUL, por Susi Trujillo

Grito a la libertad, a la independencia mediante un debate continuo entre el yo y la persona "no deseo una vida de opiniones, sino de verdades". Grito al derecho de libertad entre la mirada hermética y fiscalizante del yo y el ansia de vivir de "todos esos mis que un día serán un aparte". Esos mis que viven, que sienten, que sufren, que...¿disfrutan?

Dos imágenes tremendamente ilustrativas: las jirafas aristocráticas que fisgonean en la urbe a la persona y la secuoya que personalizan el resurgir del yo, para ilustrar el campo de visión que la experiencia le ha otorgado.

Como escenario, el mar, lugar de origen y de destino. La isla, el agua, la arena, los cristales..., todo ello con una amenaza de fondo: el hielo. Desde la formación de estalactitas hasta la de icebergs, pasando por las desiertas carreteras albinas.

A modo de excusas, historias paralelas: Lola, Sara..., otro grito a la tan ansiada libertad desde el más absoluto sufrimiento.

En definitiva, historia que cuenta el recuerdo alterado por la vivencia del momento ¿Se vive el recuerdo o se recuerda sin ni siquiera vivir?

Historias que se oye, unas veces suena al misterioso romper de las olas, otras a violines, arpas, clarinetes, organillos o flautas. Historia que se huele, unas veces a azahar, otras, las más, al penetrante olor a salitre.

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